Coronavirus -nCoV-2019-: tras las verdades que ocultan los medios masivos
Por Abdel Fuentes
Diciembre 22, 2020
Desde antes de enero de 2020 en las altas esferas del poder global, se manejaba información acerca del nuevo coronavirus, y un plan global de vacunación. No obstante, los datos se tornan invisibles en la agenda informativa de los medios masivos.
De acuerdo con una publicación del periódico hongkonés South China Morning Post que cita registros gubernamentales, la primera persona infectada pudo haber sido un hombre de 55 años, residente en Hubei -Wuhan China-. La fecha del contagio, 17 de noviembre de 2019.
La información fue difundida por el medio chino el 13 de marzo. Seis días después de la publicación, el 19 de marzo, el presidente Donald Trump acusó a China de ocultar información.
Estados Unidos responsabilizó al gigante asiático y a la OMS de la dispersión del virus. China, por su parte, formuló acusaciones similares contra EU. Trump anunció que retiraría su apoyo a la OMS.
La periodista española Cristina Martín Jiménez en su libro La Verdad de la Pandemia señala que en Wuhan se ubica “el Centro de China para la Colección de Cultivos de Virus (CCVCC), en el Instituto de Virología de Wuhan (WIV). Se trata del banco de virus más grande de Asia”.
Sostiene que “el Partido Comunista Chino (PCCh) considera a las especies y muestras de microorganismos y patógenos recursos estratégicos esenciales para garantizar su seguridad, tanto social como económica y biológica.” Para Jiménez se trata de “un centro biológico al servicio de la defensa nacional, de la guerra y del statu quo.”
Programa global de vacunación: planeado antes de 2020
La OMS anunció la Emergencia de Salud Pública de Preocupación Internacional el 30 de enero, después de que el 31 de diciembre de 2019, China, a través del CCVCC, informara a la OMS de la detección del Covid-19. Inicialmente el virus lo vincularon con trabajadores de un mercado mayorista y 27 casos de neumonía de origen desconocido. El 7 de enero identificaron la enfermedad como Covid-19.
El 11 de marzo la OMS declaró la pandemia, pero ya antes, aunque parezca absurdo, se hablaba de pandemia y sus efectos en el mundo. Esto ocurrió durante el Foro Económico Mundial (The World Economic Forum -WEF-), celebrado del 21 al 24 de enero en Davos, Suiza.
La convocatoria aglutinó a la élite global, financiera y política. Los objetivos, rediseñar el capitalismo mundial y desarrollar un programa de vacunas. El director de la OMS, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus y el denominado filántropo, Bill Gates
(vinculado con el multimillonario negocio de las vacunas, y defensor de la idea de que hay que reducir la población mundial participaron del Foro. Este video muestra lo dicho por Gates en el 2010.
El cónclave fue auspiciado por CEPI, por sus siglas en inglés, The Coalition for Epidemic Preparedness Innovations; en español, Coalición Para las Innovaciones en Preparación para Epidemias. La entidad líder de la iniciativa en la vacunación mundial, ubicada en Oslo Noruega, con oficinas en Washington y Londres, fue fundada en Suiza (Davos), en el 2017, durante el Foro Económico Mundial de ese año.
El lanzamiento de CEPI ocurrió en la reunión de Davos de 2017
Foto tomada de la web de CEPI
El propósito principal de CEPI, que trabaja con la OMS, financiada por la Fundación Bill y Melinda Gates, es acelerar la fabricación de vacunas. Opera mediante una asociación público privada. Participan organizaciones -supuestamente filantrópicas y de la denominada sociedad civil-.
De acuerdo con un artículo publicado en Global Research por el canadiense Michel Chossudovski, profesor de economía del Centro de Investigación sobre Globalización -emérito- de la universidad de Ottawa, quien ha sido asesor económico de gobiernos de países en desarrollo y colaborador de la Enciclopedia Británica, CEPI anunció el lanzamiento de una vacuna mundial en el Foro de Davos de enero de 2020.
Chossudovski asegura que se estaba tramando otro esfuerzo sobre vacunas, la Agenda ID2020. Cita a Peter Koenig, economista y analista geopolítico quien por más de 30 años trabajó con el Banco Mundial y la OMS en todo el mundo en los ámbitos de medio ambiente y agua.
Para Koenig la Agenda ID2020 "forma parte de un programa de gobernanza mundial. Una alianza de socios con carácter público-privada que incluye a organismos de Naciones Unidas y de la sociedad civil. Sostiene que de ponerse en marcha este programa desarrollaría lo que algunos analistas describen como un Estado de la Policía Global, que mediante la vacunación recoge datos personales de millones de personas". Se trata de un progarama de identificacióon electrónica que utiliza la vacunación generalizada como plataforma de identidad.
Algunos de los socios fundadores de ID2020 son Microsoft, La Fundación Rockefeller y la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización -GAVI-. Esta última, a la que denominan “Alianza” cuenta con el apoyo de la OMS, y se identifica en su web como una asociación sanitaria mundial de organizaciones del sector público y privado dedicada a la “inmunización para todos”. Entre sus principales asociados están las empresas farmacéuticas y biofarmacéuticas.
Imagen: Web de Gavi
Chossudovski revela que el 16 de marzo, cinco días después de que la OMS declarase pandemia -11 de marzo de 2020-, en la ciudad de Seattle (Estados Unidos) se realizaban las primeras pruebas de una vacuna con voluntarios humanos.
Una semana antes de la declaración de Emergencia de Salud Pública de Preocupación Internacional, en el Comité de Emergencias de la OMS sus miembros mantenían diferencias y posiciones contrarias acerca de esa declaración, según publicó Chossudovsky en la web Global Research. Menciona que la decisión se tomó sin el respaldo de expertos y que para esos días el coronavirus solo existía en China, con 150 casos confirmados fuera del país, y 6 en Estados Unidos. Advierte que durante esas fechas ya estaba en marcha una campaña mediática de pánico.
Para la fabricación de las vacunas contra el coronavirus -nCov-2019-, el 23 de enero de 2020 CEPI confirmó un contrato acordado con la biotecnológica estadounidense Moderna, Inc., y el National Institute for Allergy and Infectious Diseases (NIAID), en español, Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades infecciosas de Estados Unidos. El NIAID colaboró con Moderna para la referida fabricación. El trato lo encabezó el doctor -inmunólogo- Anthony Fauci, director de NIAID desde 1984.
Paralelo al anuncio sobre la rápida fabricación de la vacuna y el citado acuerdo, como aparece consignado en la web de CEPI, su director ejecutivo, Richard Hatchett admitió que no existían garantías de éxito: “No hay garantías de éxito, pero esperamos que este trabajo pueda dar un paso significativo e importante para esta enfermedad. Nuestra aspiración con estas tecnologías es llevar un nuevo patógeno de la secuencia genética a las pruebas clínicas en 16 semanas, que es significativamente más corto que donde estamos ahora”.
El director de CEPI durante una entrevista con statnews.com dijo que el enfoque es desarrollar una vacuna mundial. Hackett confirmó que el proyecto para desarrollar una vacuna comenzó no solo antes del descubrimiento e identificación del coronavirus -enero de 2020-, sino varios meses antes del ejercicio de simulación realizado el 18 de octubre de 2019.
Una publicación de la web Mail Online, de 4 de diciembre de 2020, citando al actual director ejecutivo de la estadounidense Pfizer, Albert Bourla, reportó que, no existe seguridad en torno a que la vacuna prevenga el contagio. “Creo que esto es algo que debe examinarse, no estamos seguros en este momento”.
De acuerdo con la referida publicación Pfizer no recopiló datos que mostraran que los voluntarios que recibieron la vacuna transmitieron el virus -ni otras compañías ofrecieron esos datos-, por lo cual es posible que continúe la propagación del virus. Según el propio director de Pfizer esos aspectos no se midieron en los ensayos.
Director Ejecutivo de Pfizer Albert Bourla
Foto de AP, tomada de Mail Online
Para Chossudovsky el doctor Anthony Fauci ha sido una pieza importante para librar la campaña de miedo y pánico en EU. Durante una audiencia frente al Congreso en marzo dijo: ”La tasa de mortalidad de Covid-19 es diez veces peor que la gripe estacional”.
El 31 de enero CEPI anunció su asociación con la biotecnológica alemana CureVac que desde fines de septiembre e inicios de octubre del 2020 realiza pruebas en Panamá con su vacuna experimental. En este caso se dio a conocer que se trataría de 250 voluntarios.
Chossudovsky asegura que el 24 de febrero, la farmaceútica estadounidense Moderna, apoyada por CEPI, dio a conocer que la vacuna experimental MRNA Covid-19, conocida como mRNA-1273, estaba lista para pruebas humanas.
El 28 de febrero el director de la OMS anunció una campaña masiva de vacunación. Además, participaron GlaxoSmithkline, CEPI y Gates-WEF-. Este fue otro acontecimiento que se anticipó a la declaración de pandemia por la OMS.
Simulacro de pandemia en 2019
Desde octubre de 2019 el virus ya tenía nombre. El 18 de octubre, en la ciudad de Nueva York, se realizó “EVENT 201”. El evento fue calificado por sus organizadores como un ejercicio de simulación; simulacro de un nuevo brote de coronavirus zoonótico transmitido de murciélagos a cerdos y a personas.
Según la web de EVENT 201 se trató de un ejercicio de mesa con una duración de tres horas y media que simuló varios debates dramáticos enfrentando dilemas difíciles y realistas. Agrega que las respuestas se asociaron con una hipotética, pero científicamente plausible pandemia.
En “EVENT 201” surgió por primera vez el acrónimo nCoV-2019. A principios de febrero de 2020 fue cambiado a Covid-19.
Entre los organizadores de EVENT 201 figuran el Centro Johns Hopkins para la Seguridad Sanitaria, fundado por la Fundación Rockefeller, el Foro Económico Mundial y la Fundación Bill y Melinda Gates, de Bill Gates, quien no ha cesado de hacer predicciones desde antes y durante la denominada pandemia y mantener un discurso desesperanzador.
En la web de EVENT 201 se lee: “el virus se torna eficientemente transmisible de persona a persona, lo que lleva a una pandemia grave. El patógeno que causa la enfermedad se basa en gran medida en el SARS, pero es más transmisible en el entorno comunitario por personas con síntomas leves.
En otra parte de la citada web se observa: “No hay posibilidad de que haya una vacuna disponible durante el primer año. Existe un medicamento antiviral ficticio que puede ayudar a los enfermos, pero no limitar significativamente la propagación de la enfermedad”.
En referencia al contagio masivo y al factor socioeconómico el informe del simulacro señala: “dado que la población humana es susceptible, durante los primeros meses, el número acumulado de casos aumentará exponencialmente, duplicándose cada semana. Y a medida que se acumulan los casos y las muertes, las consecuencias económicas y sociales se vuelven cada vez más grave”.
El simulacro de octubre también expuso un tiempo para la prolongación de la pandemia y una cifra en torno al número de bajas, 18 meses y 65 millones de muertes. Y agrega: “La pandemia está empezando a disminuir debido a la disminución del número de personas susceptibles. La pandemia continuará a cierta velocidad hasta que haya una vacuna eficaz o hasta que entre el 80 y el 90 por ciento de la población mundial haya estado expuesta. A partir de ese momento, es probable que sea una enfermedad infantil endémica”.
Chossudovsky menciona que las mismas corporaciones y fundaciones que participaron en EVENT 201 y el Foro de Davos, se convirtieron en los actores involucrados en dar su apoyo a la anunciada emergencia de salud pública internacional.
Cambiaron el significado de pandemia
La connotación de la palabra pandemia es objeto de cuestionamientos y críticas por miembros de la comunidad científica y profesionales de la salud a nivel mundial.
La OMS cambió el alcance del término en torno a su aplicación práctica. Antes concebía la pandemia según el número de mortalidad y morbilidad, es decir, las cifras de contagio y muerte. Con la nueva acepción solo considera importante que la enfermedad se haya extendido geográficamente.
Lo ocurrido con la gripe porcina H1N1, detectada por primera vez en California el 15 de abril de 2009 marcó una variante en la nueva dimensión conceptual de la palabra pandemia. La OMS cambió la definición un mes antes de declarar la pandemia.
La doctora Margaret Chan, oriunda de la República Popular de China, directora para ese entonces de la OMS, quien culminó su periodo en junio de 2017, en una rueda de prensa celebrada el 11 de junio de 2009 al declarar la pandemia dijo: “Sobre la base de evaluaciones expertas de las pruebas, se han cumplido los criterios científicos para una pandemia de gripe. Por lo tanto, he decidido elevar el nivel de alerta de pandemia de gripe de la Fase 5 a la Fase 6”.
Para esa fecha la OMS predijo que en los próximos dos años, 2 mil millones de personas se contagiarían, lo cual nunca ocurrió.
En una información publicada por la agencia británica Reuters, Margaret Chan señaló: “Los fabricantes de vacunas podrían producir 4 mil 900 millones de vacunas contra la gripe pandémica al año en el mejor de los casos.”
De acuerdo con una publicación de The Defender Children's Health, la web que se autodefine como opositora a la censura en los temas relacionados con la multimillonaria industria farmacéutica y otras multinacionales, “la ampliación de la definición de pandemia mundial que hizo la OMS en el 2009 benefició a los fabricantes de vacunas H1N1, a expensas de los contribuyentes”.
La citada publicación menciona que antes del 2009 la OMS colaboró con empresas fabricantes de vacunas, entre estas la británica GlaxoSmithKline (GSK). El apoyo consistió en garantizar que países europeos y africanos firmaran contratos con estas empresas para vacunar a sus ciudadanos en caso de registrarse una pandemia mundial imprevista de gripe. En caso de producirse una pandemia mundial, los contratos entrarían en rigor, y en consecuencia, las farmacéuticas seleccionadas fabricarían vacunas contra la gripe y los gobiernos pagarían a los fabricantes.
The Defender Children's Health destaca que la declaratoria de pandemia de Margaret Chan en junio de 2009 disparó los contratos latentes por más de 18 mil millones de dólares y activó a la industria farmacéutica y la fabricación de vacunas a toda velocidad. Además, permitió a GSK vender su vacuna antigripal Pandemrix a países de todo el mundo.
La referida fuente en la web señala que la vacuna de GSK provocó reacciones neurológicas adversas, graves y permanentes que incluyó narcolepsia y cataplejía (repentina y breve pérdida del tono muscular voluntario que se desencadenan por emociones fuertes). Se trata de alrededor de mil 300 niños de toda Europa-
En el 2013 la Agencia británica Reuters publicó una información en la que hace referencia a la citada vacuna antigripal Pandemrix H1N1, fabricada por GSK y sus nexos con la narcolepsia en niños europeos.
En referencia a 800 casos de narcolepsia vinculados con la vacuna Pandemrix, reportados en Europa, Reuters señala que muchas de las víctimas (niños) manifiestan que la enfermedad es incurable y que arruinó sus vidas. Agrega que “los síntomas más comunes de la narcolepsia son episodios de somnolencia diurna, pero en sus formas graves también trae pesadillas, alucinaciones, parálisis del sueño y cataplexies (cataplejías) que ocurre cuando fuertes emociones provocan pérdida repentina de fuerza muscular”.
The Defender Children's Health apunta a que cuando la OMS declaró la pandemia en el 2009 la cifra de muertes en todo el mundo a causa de la gripe era 144.
En cuanto al concepto de pandemia, The Defender cita a Wolfagang Wodrag que para ese entonces era el presidente de la Asamblea Parlamentaria del Comité de Salud del Consejo de Europa: “La OMS tenía una definición de pandemia, que definió como un virus con alta mortalidad y morbilidad. Y en 2009 de repente abandonó esas dos características, sin decir nada sobre la severidad o la mortalidad”.
El citado sitio estadounidense en Internet señala que, para la declaración de la pandemia en el 2009 los funcionarios de la OMS consultaron a un grupo de emergencia integrado por 160 científicos del Comité de Reglamento Sanitario Internacional. Aunque para esa época no se conocieron las identidades de estos científicos, una investigación del British Medical Journal reveló que muchos de los miembros de ese comité que votaron a favor de declarar la pandemia de la gripe H1N1 tenían vínculos financieros con los fabricantes de vacuna contra la gripe, incluido GSK.
La doctora española María José Martínez Albarracín, licenciada en medicina y cirugía, catedrática en procesos diagnósticos, quien además ha sido profesora de bioquímica, inmunología y técnicas analíticas instrumentales, a inicios de diciembre de 2020, en el programa por Internet El Expreso de Medianoche dijo que la pandemia no se sustenta por ninguna parte.
Albarracín también coincide en que esto es una pandemia porque la OMS cambió la definición de pandemia en el 2009 en el caso de la gripe A.
La catedrática sostiene que al revisar los datos a nivel mundial la propia OMS revela que la mortalidad es de 0.6%, y los CDC americanos 0.3%. Explica que aunque fuera 0.6%, que a nivel mundial es menor, no explica que se hayan tomado las medidas adoptadas en todos los países, particularmente en España. Argumenta que esas medidas han conducido a provocar un mayor número de muertes, y que tampoco han tenido ningún impacto, ni en prevención ni en las condiciones de vida de la población.
Denunció que no se está haciendo un conteo -pruebas cuantitativas-, es decir, un estudio epidemiológico para determinar cuántas personas ya pueden estar inmunizadas -número de anticuerpos- y determinar quiénes necesitan la vacuna.
Albarracín asegura que la inmunidad natural es superior y mucho más efectiva que la inmunidad de cualquier vacuna. Aclara que en el caso de que una vacuna provea de inmunidad, actuaría ante una sola proteína. Con la inmunidad natural, debido a la enfermedad, el organismo desarrolla anticuerpos multivalentes contra muchos objetivos del virus. En consecuencia, explica que la protección será mucho mayor por lo cual las personas desarrollan más anticuerpos.
¿Pandemia o plan global? ¿Caos o Gobierno Mundial?
En marzo de 2020 el semanario The Economist ilustra el anuncio de su edición con una imagen y un texto que a simple vista parece aterrorizar hasta el lector más inocente: “Todo está bajo control, el estado en la época de Covid-19”. “Se necesita un gran gobierno para combatir la pandemia. Lo que importa es cómo vuelve a encogerse después”.
La imagen hace pensar que tras la supuesta pandemia existe un plan, y el avance de la gobernanza mundial. Además, que la élite global tiene el poder sobre los humanos. Obsérvese como una mano sostiene la soga o correa que manipula a un hombre -figura- con mascarilla y este a su vez a un perro, también con mascarilla. La gráfica es ideal para realizar un análisis semiótico.
La publicación de The Economist cobra sentido frente a las reiteradas alusiones formuladas por miembros de la élite global y sus organismos satélites en dirección de establecer un gobierno mundial. Estos últimos fungen como agencias de un nuevo orden mundial o internacional que se viene gestando desde el pasado siglo, después de las dos guerras mundiales, con sus resonancias al inicio de este siglo. La Unión Europea surgida en 1993 es uno de esos organismos satélites, al igual que la ONU y sus otras agencias.
The Economist pertenece a The Economist Group una multinacional de medios. La sede está en Londres. Es especialista en información sobre negocios internacionales a escala global. Jiménez explica que algunos de sus dueños son miembros del poderoso Club Bilderberg. En su libro La Verdad de la Pandemia sostiene que “The Economist es propiedad de las élites que dominan el mundo y que el grupo en un 50% es propiedad de Pearson PLC a través de The Financial Times Limited”.
La periodista menciona que la mayor parte de las otras acciones pertenecen a accionistas individuales. Menciona a varios magnates; “Cadbury, Rothschild, Schroder y Agnelli”, quienes asegura son “miembros del Club Bilderberg. Y, agrega, “sus editores jefes asisten a las reuniones anuales de esa entidad, como ya demostré en mi tesis doctoral”. Se refiere a la investigación sobre el Club Bilderberg que realizó como tesis para su doctorado.
En octubre del 2020 el secretario general de Naciones Unidas, el portugués António Guterres en contexto con la supuesta pandemia hizo referencia a que la ONU debería tener más poder sobre las naciones para lograr una lucha más efectiva contra el Covid.
El 22 de septiembre del mismo año en la sede de la ONU el presidente de Francia Emmanuel Macron también se refirió a la gobernanza mundial. Esto fue lo que la agencia española EFE publicó al respecto. “Macron pide construir un nuevo orden mundial no definido por China y Estados Unidos”. “En otra parte de la información: “Debemos construir un nuevo orden, y eso significa que Europa tiene que asumir plenamente su responsabilidad, sin limitarse a ser los espectadores decepcionados de una impotencia colectiva, sino comprometidos a utilizar sus márgenes de maniobra”.
Transmisión del virus mito o realidad
La doctora Albarracín asegura que la transmisión vía aérea no está probada científicamente. Explica que esto solo puede hacerse mediante cultivo y secuenciación de la muestra seleccionada para el estudio y para ello cita al Ministerio de Sanidad de España -Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias-: “En todos los casos la cantidad de ARN detectada fue pequeña y el virus no se logró cultivar”. La información a la que alude la científica española fue actualizada el 12 de noviembre de 2020.
Desinformación y medios masivos
Abundan otros hechos documentados que la prensa global oculta. Científicos, médicos, personal de salud, abogados, periodistas y profesionales de diversas especialidades a nivel mundial son censurados, descalificados y demonizados como conspiranoicos cuando de manera ética y responsable difieren de la narrativa alineada a la denominada pandemia. Pero sobre todo, cuando se atreven a desnudar las mentiras, contradicciones y esquemas irracionales camuflados de argumentos a favor de la vida y la salud, que nada tienen que ver con ciencia ni con el bienestar de la humanidad -todo lo contrario- y que se dispersan mediante la propaganda global de pánico. Con ello logran arrastrar a las masas a un congelamiento cognitivo precedido por un permanente y masivo discurso de terror.
La censura se da mediante el silencio de los medios masivos, la desaparición de contenidos en la web, la ausencia de un periodismo crítico, la adopción de matrices con contenidos que publican las multinacionales de la desinformación cuyos propietarios y accionistas son los miembros de las élites financieras más poderosas del planeta.
Entre los agentes de la desinformación, las relaciones públicas y la propaganda global no solo están los medios masivos estadounidenses, europeos y asiáticos, con sus satélites en el resto de los países. También, las grandes plataformas como Google, YouTube, Facebook, Instagram, Twitter, WhatsApp y otros sitios en la World Wide Web (www) cuyos dueños tienen intereses cruzados con la industria farmacéutica y de biotecnología, de telecomunicaciones, la banca mundial, la industria alimentaria, las poderosas multinacionales químicas, petroleras, aerolíneas, etc.
La otra dimensión de la censura se confirma mediante la descontextualización y la manipulación de datos en relación con las muertes atribuidas al Covid-19 -que no están certificadas mediante autopsias debido a las recomendaciones de la OMS-, las pruebas de PCR -que no son precisas como instrumento de detección de diagnóstico y que arrojan falsos positivos, es decir, personas no contagiadas declaradas enfermas del virus-.
Después de varios meses de denuncias hechas públicas por científicos y médicos desvinculados a los fabricantes de vacunas -Big Pharma-, recientemente, el 7 de diciembre de 2020, la OMS parece haberse visto precisada a emitr un aviso de información que ha pasado desapercibido por los regentes de la salud en las naciones afectadas, la prensa mundial-tradicional y alternativa- y los medios masivos.
El citado aviso define la descripción del problema: "la OMS ha recibido comentarios de los usuarios sobre un riesgo elevado de resultados falsos de SARS-CoV-2 al analizar muestras con reactivos de RT-PCR en sistemas abiertos".
"Al igual que con cualquier procedimiento de diagnóstico, es importante tener en cuenta los valores predictivos positivos y negativos del producto en una población de prueba determinada. A medida que disminuye la tasa de positividad para el SARS-CoV-2, el valor predictivo positivo también disminuye. Esto significa que la probabilidad de que una persona que tiene un resultado positivo (SARS-CoV-2 detectado) esté realmente infectada con SARS-CoV-2 disminuye a medida que disminuye la tasa de positividad, independientemente de la especificidad del ensayo. Por lo tanto, se alienta a los proveedores de atención médica a tener en cuenta los resultados de las pruebas junto con los signos y síntomas clínicos, el estado confirmado de cualquier contacto, etc". Leer más sobre el aviso de información de la OMS aquí.
En próximas publicaciones serán ampliados otros hechos y verdades que los medios masivos y la prensa global y local -en Panamá- ocultan tras el Coronavirus -nCoV-2019.
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